sábado, 16 de marzo de 2013

Me pregunto si puedo ser más patética. Más lamentable. Me pregunto cuántas ilusiones más se tienen que romper para que me de cuenta de la realidad. Cuántos sueños más he de tirar por la borda. Cuántas esperanzas más he de lanzar al vacío. Soy una estúpida, ¿a qué vienen estos sueños? Sigo sin poder creerme que haya soñado contigo. Que haya soñado que me pedías perdón, que me suplicabas que volviéramos a ser amigas, que volviéramos a tomarnos de las manos, que volviéramos a ser hermanas. Me pregunto por qué he soñado con eso y por qué me he alegrado tanto de que lo dijeras. Por qué he corrido hacia ti y te he abrazado llorando diciendo que todo estaba bien. Estúpido, yo estúpida. Cuando abrí los ojos sólo sentí que debía tirarme por la ventana. Me sentí traicionándome a mi misma y sin darme cuenta ya estaba llorando. Soy un ser vomitivo. Repito una y otra vez con una sonrisa que para mi está bien, que ya ha pasado tres años, que no necesito que me pida perdón, que no necesito ser su amiga, que ya lo he superado y después me encuentro soñando estas cosas. Después me encuentro llorando porque fue un sueño y no la realidad. 
Soy sólo una estúpida cobarde. Un ser patético que no se merece nada. 


1 comentario:

Anónimo dijo...

Y por cosas como estas es por las que sería mejor ser una piedra, verdad? Se siente uno tan desechable, tan insignificante.