La peluquería de Félix.

hacía tiempo que no venía por aquí, ya casi ni recordaba lo mucho que me gusta esta vieja peluquería. el olor a champú se mezcla con el de humedad creando una fragancia que solo puedes oler ahí.
todo sigue como siempre. la pared de espejos que te hacen gorda sigue igual de sucia, todos los productos están ziscados y desordenados. el gran bote de laca Babaria está junto al secador oxidado, como de costumbre. los viejos asientos rojos inclinados ligeramente hacia atrás. la pandereta con la bandera de Galicia dedicada por Manolo. ahora que me dijo, a mi derecha solo hay faros, Félix ha sacado las revistas de mujeres y coches. anda, y también ha sacado el calendario morboso. el ventilador sigue en la misma posición que siempre, me pregunto si funcionará. suenan la kiss fm, com siempre. en el perchero de cuatro pibotes no hay nada colgado y lacaja administradora está abierta, la verdad dudo que cierre.
a los lados de la pared de espejo están los altavoces marrones. el gran misterio de la peluquería es saber dónde esconde la torre, siempre la busco y nunca la encuentro, un día le preguntaré. ha pintado enl techo otra vez, a saber cuanto le dura. hay pelo por todo el suelo, ya le ha pasado la maquinila y el pincel así que ha de estar terminando, debo sacar el móvil y darle un toque a mi madre.
aquí siempre hace un poco de frío y Félix siempre lleva camisa de manga corta, no sé como lo aguanta.
ya ha terminado y ha echo la mítica broma de decirte mal el precio, está echo un simpático. no sé cuando volveré, espero que pronto porque me gusta. me gusta venir y sentarme en estos destartalados sofás a ver como le corta el pelo a la gente. con cada persona tarda media hora o más, se toma muy enserio su trabajo. un día, antes de que sea demasiado viejo para cortar el pelo me cortaré el pelo como un chico y vendré a que me lo corte. ese día me sentiré realizada.